Hotel de (como mucho) 2 estrellas, tanto por instalaciones como por servicio, de lo peor que me he encontrado en años viajando. Las habitaciones del ala antigua son propias de pensión de los años 60. Muy antiguas y el olor de la habitación impropio de esta época. El baño igual, bañera antigua, baldosas "vintage" y un secador (si se le puede llamar así) de tubo amarillento cogido a la pared que al enchufarlo casi ni llega aire al pelo. Una broma de mal gusto.
Pero lo peor es sin duda el servicio. Falta absoluta de personal, que provoca que el dueño es el cocinero y recepcionista a la vez, y por si fuera poco es muy antipático y borde. Lo normal es hacerte esperar en recepción una media de 20min, y cuando llega lo hace perdonandote la vida y con chulería. Si no tienen ganas de trabajar ni atender a personas que no tengan un hotel...experiencia horrible y hotel para no volver.
En definitiva, no tiene nada de lo que debería tener un hotel de 4 estrellas. Ni instalaciones ni servicio. Nunca volveré y recomendaré evitar ese esperpento de hotel.