La habitación individual es extremadamente pequeña, no tiene mesa ni silla ni perchas. La que me tocó tenía una ventana pero daba a un patio donde hay un restaurante por lo que estaba practicamente clausurada. El barrio no es agradable. Lo positivo: cerca del centro histórico se va caminando a todos los puntos de interés, supermercados y servicios cercanos, pero el gran plus es el personal sobretodo uno de ellos, el más jóven, que podría pertenecer a un 5 estrellas, su amabilidad, educación y el esfuerzo por el servicio a los clientes hacen olvidar los contratiempos. En lo personal (soy una persona mayor) me ayudó a resolver temas prácticos que exedían sus obligaciones.