No se puede pedir mas a un hotel de 5 estrellas. Después de conocer Luxemburgo y ver donde están ubicados otros hoteles, me quedo sin duda con este. El Royal no tiene un gran hall de recepción pero goza de habitaciones espaciosas y súper limpias, con un servicio de habitaciones pendiente de cambiarte toallas y reponerte botellines de agua varias veces al día, abrirte la cama cada noche, reponer amenities,... tiene dos restaurantes, uno de los cuales abre hasta las 11 (cuando es ya casi imposible encontrar nada abierto en la ciudad), música en directo los fines de semana,... en definitiva, repetiría y lo recomiendo.