Nos hemos alojado por 5 noches. La ubicación del hotel es perfecta, justo al lado hay una estación de tren, a sólo dos paradas del centro de la ciudad. El hotel nos ha gustado en todos los aspectos, servicio, limpieza, abundancia en el desayuno. Una variedad de productos a elegir, que satisface a todos los gustos. La única pega, es que el desayuno es bastante caro. Pero puedes alternar, algún día desayunas en el hotel, y otros en la estación de tren, conectada con el hotel, y al ser una estación grande, tiene un montón de sitios para desayunar, además de ofrecer alternativas variadas de tentempiés y comidas rápidas. Si volvemos a Berlín, lo elegiremos nuevamente.