Lo mejor del hotel Seehof es su ubicación. Estás cerca de todo, tranvía, trenes, autobuses, opera, cine, teatro y restaurantes y bares de toda clase. Lo mejor es la cercanía del lago, dos minutos andando. Si solamente se necesita una habitación limpia, un buen desayuno y una eficaz recepción, el Seehof es ideal. Única crítica: Tanto el té como el café del desayuno son totalmente aguados.