Hotel reformado por fuera pero las habitaciones tienen muebles con años. El spa sienta bien pero solo cuenta con piscina mediana con burbujas, sauna y baño turco (éste último no funcionaba cuando estuve). Tiene WIFI en habitación. Hotel pegado a una carretera principal de Funchal con lo que hay que cerrar ventanas para descansar. Desayuno de bufete medianamente bien, sin demasiada variedad. Como pega fuerte es que pedí en la reserva por internet cama doble en vez de dos individuales e hicieron caso omiso de mi petición, aún incluso cuando llegué al hotel. Y por otro lado, no tienen para beber agua en la sauna, tienes que comprarla en el bar, así que aprendimos a llevarnos el agua con nosotros! En definitiva un poco caro para lo que ofrecen, pero un hotel agradable y con buen servicio.