Nuestra estancia en el hotel fue maravillosa. El hotel es espectacular, ubicado en una de las mejoras playas de la isla, Anse Volbert.
El hotel está muy limpio y bien cuidado, en un entorno maravilloso rodeado de palmeras, en la misma playa, con una zona de hamacas espléndida, las habitaciones son espaciosas y están distribuidas en bungalows que se integran perfectamente en el paisaje. El restaurante está sobre la misma playa, con unas vistas preciosas. El desayuno es muy completo e incluso la piscina está bien, aunque no muy grande.
El hotel tiene 80 habitaciones y aunque estaba completo nunca tienes esa sensación, pues encuentras mesa para desayunar o cenar sin problemas, hamacas en la playa o excursiones disponibles.
El personal del hotel es muy atento, amable y dispuesto a ayudar en todo momento. El último día debíamos dejar la habitación a las 10h y nuestro vuelo salía a las 21h por lo que nos dejaron una habitación de cortesía durante 1 hora para ducharnos.
Jimmy es la persona encargada de organizar actividades, es muy agradable y nos organizó la excursión a medida que estábamos buscando.
Joyce en recepción nos ofreció mucha información turística y nos facilitó algunas reservas. Muy eficiente.
Lo único a mejorar podría ser la wifi que funcionaba regular y la calidad del buffet de la cena, que aunque el tema variaba cada día (italiano, asiático, criollo, seafood) podría ser un poco mejor.
En resumen, nos sentimos como en el paraíso, una estancia inolvidable!