La experiencia ha sido perfecta desde el principio. Cuando llegas el personal de recepción es encantador, te dan todo tipo de facilidades para que puedas cambiarte, dejar las maletas, ducharte y empezar a disfrutar de las instalaciones aunque aún no esté lista la habitación. La limpieza es excelente, todo está limpísimo. En el buffet la comida muy rica, desayunos y cenas abundantes y variados con opciones para todos los gustos. La piscina grande y con mucho sitio, nunca nos costó encontrar hamacas libres. Las habitaciones amplías y en nuestro caso con terraza con acceso directo al chill out y piscina. Pero el punto fuerte del hotel es su personal, los trabajadores eran extremadamente amables.
Tienen parking gratuito tanto al aire libre como subterráneo, te ofrecen sombrillas para llevarte a la playa y toallas para ducharte el último día antes de irte.
Sólo alargaría el horario de la cena ya que para los españoles es un poco pronto, lo demás genial.