No hubo ningún problema con la reserva, nos enseñaron la habitación y como era familiar al ser solo dos pedimos cambio de habitación y nos dieron una habitación muy amplia y confortable en la planta segunda, el sitio es precioso aunque si te gusta nadar la playa tiene poco fondo, en Julio hay algas. Pero merece la pena conocer este sitio, tiene al lado una parada de autobús para descubrir Praslin, ( el viaje en autobus es toda una aventura) y tiene coches de alquiler también, no es un superhotel pero la relación calidad precio está bien, los atardeceres preciosos, si buscas paz y tranquilidad aquí la encontrarás