Hotel para disfrutar, descansar y relajarse. La habitación, una suite normal, era fantástica y amplísima: disponía de dormitorio, cuarto de baño, salón-cocina y terraza con vistas al puerto y a Puerto Rico espectaculares. Nos encantaba comer en la terraza con las vistas.
La piscina era un disfrute y parecía juntarse con el océano. No había problemas de hamacas como experimentamos en otros hoteles similares, siempre disponibles a cualquier hora. El buffet generoso y con diferente temática cada noche: barbacoa americana, italiana, asiática, arabe y canaria. El desayuno muy completo y variado. Había dos turnos para cenar y nosotros lógicamente nos apuntábamos al último de 20:45 a 21:30, aunque se alargaba casi hasta las 22 h ( menos mal ). La animación infantil muy completa, pero la de adultos se limitaba prácticamente a la noche.