Pasamos unos días en familia en Marrakech y acertamos con la elección del Riad. Encontramos un oasis en medio de callejuelas y gentío, a poco menos de cien metros de la famosa plaza Jemaa el-Fna. Es simplemente un lugar encantador y muy agradable, que te hace sentir que estas en Marruecos, pero te evade del bullicio callejero que encuentras según sales por su puerta. Estuvimos cinco días, y la verdad es que disfrutamos mucho del Riad, tras haber callejeado diariamente la Medina. Aunque el lugar es de por sí, muy agradable, el personal del Riad te lo hace aún más, siendo tremendamente amables, con ese punto profesional de dar una atención sin agobiar. Si tuviera que resumir la experiencia en una palabra, diría "volveré".