La ubicación es perfecta para pasar una, dos o tres noches. Zona ideal para turismo gastronómico. Cama cómoda, sábanas blancas impecables, habitación bien oscura para dormir. Toallas y cubrecama limpias pero muy viejitas, harían bien en cambiarlas. Gente amable, atenta a las necesidades del huésped. Lamentable: Solo aceptan euros como moneda de pago, pero pasa en todas partes. Regresaría si tuviera el mismo presupuesto para el hotel.