El edificio interior muy bien, atención en la recepción también, el resto una pensióncilla de 10 € en España. A las habitaciones no les han quitado el polvo desde que abrieron, al levantarte, no hay agua en ningún sitio, la piscina vacía parece un abrevadero de cerdos, y el desayuno, 4 cosas rebailas, café horrible y para beber una cosa naranja y otra verde, que saben más a vómitos que a otra cosa.