Un buen hotel con dos pequeños inconvenientes.
El primero es la generosa cuesta que hay que recorrer para llegar desde él al centro histórico, aunque cuando se vuelve no es tan mala. :))
El otro inconveniente es que el colchón de la cama es de muelles, y se clavan en el cuerpo (tengo un Tempur y un hotel de cuatro estrellas debería tener camas decentes; que menos que viscoelástica).
Dicen tener camas Kingsize, pero son dos twinbed unidas y, además, son muy pequeñnas. Mido 1,82, nada fuera de lo normal, y si no pegaba (literalmente) la cabeza al cabecero se me salían los tobillos de la cama. Y, para terminar lo malo, las sábanas se quedan justitas para la cama.
El desayuno está bien, aunque no destaque por su variedad es adecuado.
Las vistas desde la terraza del restaurante son magnificas (se ve el mar y la mezquita azul perfectamente)
La atención de los empleados es muy buena. Siempre simpáticos y dispuestos a ayudar, con "briefing" informativo de bienvenida y "Turkish delight" incluida. Hablan inglés y lo intentan con el español.
Para destacar algo de la habitación menciono la estupenda ducha "efecto lluvia", y la pantalla de 32 pulgadas (con canal internacional incluido) colgada en la pared.
En general, me llevo un buen recuerdo del hotel.