Pese a que pareciera estar lejos del centro, la proximidad de una boca de metro hace que sea un sitio ideal como base para visitar la ciudad de Madrid.
El espacio y concepto es diferente al de un hotel, me gustó incluso más ya que te ofrece una libertad y te sientes como en casa.
Un aspecto muy positivo es tener parking en el mismo edificio y una piscina que, aunque pequeña, funcional para refrescarse.
El barrio es tranquilo, lo cual hace que a la tarde/noche puedas pasear o tapear en los bares que hay cerca.
El apartamento en sí, muy bien distribuido, iluminado y limpio. La cama y almohadas muy bien también, aunque esto es mi parecer. Ya se sabe que a cada uno le gusta de manera distinta, pero la dureza del colchón y altura y tacto de las almohadas eran de mi agrado.
Tiene un espacio de sofá y tele para relajarse cuando llegas de fuera.
En general, muy bien.