Cuando llegamos a la cima donde se encuentra el hotel descubrimos una vista maravillosa de la caldera de Santorini. El propietario del hotel, el senyor Sigal nos recogio personalmente en el puerto y mas tarde se ofrecio a llevarnos de compra al pueblo de Akrotiri. Conocimos a sus dos hijas quienes administran el hotel, igualmente encantadoras personas que nos trataron como si fuesemos viejos amigos. Nos recomendaron lugares que visitar, donde comer y nos ofrecieron cualquier ayuda que pudiesemos necesitar. El servicio impecable y el lugar autentico y tranquilo. A media hora de caminar a pie esta el yacimiento arquelogico de Akrotiri y un poco mas alla algunas tabernas de pescadores donde se come a buen precio autentica comida griega y mariscos y pescado, Alli mismo se puede tomar una barca para hacer un tour de tres playas aledanyas por 5 euros. Fantastico lugar y unos anfitriones como se ven muy pocos estos dias de turismo masivo y empaquetado. Gracias, familia Sigal, por contribuir magnificamente a unas vacaciones esplendidas. Volveremos!