Pedimos una habitación para 3 personas, 2 adultas y un niño. Sin embargo, no había cama para el niño, sino solo una especie de colchoncillo en el suelo, como formado por 3 cojines, que además resultó ser muy incómodo.
Además echamos de menos que hubiese comida más saludable, tanto en la cena como en el desayuno (por ejemplo, fruta).