Hostal tan céntrico que si quisieran destruir Barcelona tirarían la bomba sobre él. Está situado en un edificio antiguo con solera. La habitación es de aspecto moderno. Tiene pequeños detalles malos como la dificultad para regular la temperatura del agua de la ducha, la mampara no cerraba muy bien, la tele tiene los canales esparcidos sin orden ni concierto, pero nada que no haya encontrado en otros hoteles incluso con más categoría. También cierran la recepción por la noche y sólo dan un juego de llaves. Lo bueno es que los colchones son espectacularmente cómodos, tiene wifi que funciona bien, en general la habitación es muy agradable. El personal te sorprenderá con una amabilidad poco común, hay una habitación con cafetera de cápsulas para los clientes, tienes la plaza de Cataluña a 5 minutos a pie. Hay muchas cafeterías y restaurantes alrededor. Para el Aeropuerto tienes el tren en Paseo de Gracia a 10 minutos a pie por 4,10€, también el bus en Plaza Cataluña, y la Estación de Sants a 5 paradas con un transbordo.