Buen hotel, moderno y bien equipado. Pero la habitación triple tiene un sofá cama que, al abrirlo, llega de pared a pared e impide moverse en la habitación. Para llegar a la mesa o a la ventana hay que plegar la cama o pasar por encima. La habitación es muy pequeña para tres personas.
El desayuno muy escaso, sin nada caliente (excepto huevos pasados por agua). Lo único caliente, el café.
El servicio de recepción, muy amable y dispuesto, pero el servicio del restaurante (desayuno) enormemente desagradable, brusco y desconfiado.