El Hotel es prácticamente nuevo, del año 2013, las habitaciones están bien, son amplias. La ubicación es buena, en una de las zonas modernas de Tanger, rodeada de modernos edificios y otros en construcción. Está muy cerca de la zona de ambiente, la Avenida de Mohamed VI, al lado de la playa, plagada de restaurantes, terrazas y sitios para comer y tomar algo. Pasear por la noche, que es cuando sale todo el mundo a ver y dejarse ver, es un auténtico placer, agradable temperatura. Respecto del personal, me chocó que pocas personas supieran inglés, solo arabe y francés, nada de español, excepto algún empleado. Al principio cuesta acostumbrarse por la mentalidad occidental del trabajo, p.e., eso de que estén toda la mañana para terminar la habitación, porque primero te arreglan la habitación, al rato te ponen las toallas del lavabo, pasado un buen rato las de baño. El papel higiénico no siempre se repone y hay que pedirlo, etc. Por lo demás, el personal es bastante amable y tratan de agradar. Pero no debemos olvidar que en Europa tenemos otra manera de hacer las cosas más eficiente y si solo lo vemos con nuestros ojos occidentales te frustará Están haciendo un gran esfuerzo de modernización en cuanto al turismo, pero todavía queda trabajo por hacer.