Hotel situado justo al lado de la estación de trenes y también de un centro comercial, al final de Elizabettes st, enfrente de la parada de autobuses que lleva al aeropuerto. El taxi desde el hotel al aeropuerto cuesta entre 12-14€.
Se nota que el hotel tiene algunos años, pero está bien
El personal de recepción habla inglés estupendamente ( mucho mejor que yo ) y es súper amable
Habitación (508) tiene un pequeño balcón ( que da a las vías del tren y a la estación)
Cama estupenda: grande y con colchón perfecto
Entre la cama, la mesa y las sillas/sillones la habitación se hace pequeña
El desayuno bufé está bien, con salchichas, bacon, salmón, panes de varios tipos...Si quieres te pueden hacer una tortilla sobre la marcha ( los huecos revueltos no tienen una gran pinta ) El café es malísimo, si no sueles tomar té en el desayuno es hora de probarlo