Partamos de la base de que el concepto de "easy" no es aplicable a los huéspedes, si no a los proprietarios.
El hotel no dispone de recepción, tienes que hacer el check-in en una máquina a partir de las 3 de la tarde y si quieres dejar tu maleta en "consigna" tendrás que pagar 7 CHF (casi 7€).
Hay un ascensor pero SOLO para maletas. Al llegar a la habitación la encuentro sucia, con polvo, la alcachofa de la ducha mugrienta, sin armario y solo con unas cuantas perchas para colgar la ropa y con tan solo una mesilla de noche.
A la hora de dormir el colchón es mucho más que mejorable y las almohadas son simplemente terribles: no sujetan la cabeza en absoluto y te hundes por completo en ellas llegando a sentir perfectamente el colchón.
Cuando me duchaba también tenía problemas ya que el agua se salía de la ducha y empapaba el diminuto cuarto de baño, teniendo que limpiar el baño cada vez que me duchaba.
Lo único bueno fue la ubicación (a 10-15min. de la estación principal de tren) y la conexión a internet.