En general toda la estancia fue maravillosa, los dueños o trabajadores del hotel todos super simpáticos y educados. Las dimensiones de la habitación eran bastante grandes con una ducha estupenda para relajarse después de un dia fuera andando. Se agradece el detalle de la botellita de agua en la primera noche y poder hacerte un te calentito en la habitacion cuando quieras, si las gastas, te reponen las bolsitas de te!
Los únicos inconvenientes serian que las paredes son de papel, por lo que se oye todo de fuera y de dentro y que en el desayuno no habia nada saladito, eran todo dulces.
En cuanto a la ubicación nada, a 10min del ponte vecchio y otros 10min del centro andando, perfecto.