Casi toda la experiencia en el hotel fue increíble:
Spa.- maravilloso
Temazcal.- increíble
Habitaciones.- preciosas
Peeeero el restaurante fue de las peores experiencias.
Los meseros no tienen ganas de trabajar, la comida TODA estuvo quemada, no quisieron darnos mesa en la terraza “por qué no había disponibilidad”, pero estaba prácticamente vacía. El gerente fue muy amable, y nos invitó una bebida para quitarnos la mala opinión, pero tardaron más de media hora en servirnos, pues no querían atender a la gente. Ahí decidimos pedir unos churros de postre, y estaban crudos!!!!!! Es una pena que teniendo ese gran lugar, esté vacío por que no vale la pena ni la comida ni el servicio del restaurante.