Comento primero un aviso importante y que a nosotros no nos avisaron: Si llegas después de las 22:00 no hay nadie en recepción, con lo que tienes que entrar con un código que nunca recibimos. Llamamos al teléfono que indica el cartel de la entrada, no vimos otro, pero nadie atendía. Nos veíamos teniendo que pillar otro hotel para poder pasar la noche. Tuvimos suerte que unas clientas que entraban nos dejaron pasar y ya dentro pudimos llamar al teléfono de emergencia que atienden 24h y ya nos proporcionaron el código de acceso a la habitación. Como consejo para el hotel, iría bien que ese teléfono de urgencia estuviera en la puerta de entrada porque, si no hubiéramos tenido la suerte de que coincidimos con otras clientas, hubiéramos tenido que pagar otro hotel y perder la reserva hecha.
Quitando este punto la experiencia fue genial porque encima nos llevamos la sorpresa que nuestra habitación tenía una miniterracita para poder fumar y fue una grata sorpresa porque nos habían dicho que no la tendríamos.
El hotel súper silencioso, la cama comodísima, la habitación súper limpia, el baño es un poco pequeño pero no le quita nada de lo bueno que tenía la habitación. No era muy amplia pero con lo necesario para poder pasar una buena noche. Eso sí, también se hubiera agradecido algún papel dentro de la habitación con la contraseña del wifi, ya que al no encontrar a nadie en recepción, y para no volver a llamar al telf de emergencia, fuimos tirando de datos (nada grave tp) 😉