Bonito edificio ubicado en el centro histórico de la ciudad, cerca de la Plaza de la Encarnación (la de las "setas")... Es un hostal pero con prestaciones de hotel. Reservé habitación orientada a la fachada principal del edificio, la cual era amplia y cómoda. Los únicos inconvenientes fueron el escaso aislamiento acústico -se oye a los demás inquilinos: despertador, puertas, paseos al WC, etc...- y un ligero olor a cañería procedente del aseo. Excelente servicio de desayuno. Bebidas gratis (cerveza, café, infusiones...). Personal muy agradable. Inmejorable relación calidad-precio.