Situado a menos de diez minutos andando de la zona de templos. Se puede ir fácilmente en autobús, que para cerca del hotel o en taxi.
El personal extremadamente amable. Como detalle, cuando nos íbamos les pedimos que nos llamarán un taxi y en lugar de llamar, se ofrecieron a acercarnos amablemente de manera gratuita a la estación de tren en un vehículo del hotel.
Las instalaciones muy cómodas y limpias. Elegimos la habitación de estilo japonés, que era muy amplia, con frigorífico, calentador de agua para el te (incluían una tetera y té dentro de la equipación de la habitación, junto con unos dulces que nos dejaron cada día). Al llegar a la habitación teníamos unas estupendas yukatas preparadas para poderlas vestir por las instalaciones del hotel (las hay de varias tallas).
Aconsejo pedir la media pensión. En primer lugar porque no hay por la zona muchos lugares donde elegir por la noche, y en segundo lugar porque la cena fue exquisita, un auténtico festín. Tengo que advertir que el desayuno, si bien es muy variado, dispone únicamente comida de estilo japonés.
Por último y en cuanto a las instalaciones del hotel, tiene un onsen gratuito para los clientes. Si se precisa de un onsen privado, existe la opción por 2000 yenes la hora. Nosotros lo usamos