El hotel posee una buena ubicación con buen acceso al transporte público de la ciudad, y la estación principal de tren HB. Dejando eso de lado nuestra experiencia fue bastante mala, las habitaciones son muy pequeñas (pensábamos que íbamos a tener una habitación con cocina, pero no fue así, el proceso de selección de habitación es muy confuso y tramposo), y las paredes de esta habitación eran muy finas, generando que se escuche TODO lo que ocurre en las habitaciones cercanas. Hubieron fiestas 3 días de los 7 que estuvimos, no pudimos dormir casi nada en estas vacaciones.
Al no haber front desk, no hay manera de quejarse de estos problemas, el comunicarse por teléfono con la compañía te lleva a una línea en Alemán, y el mail es un agujero negro, tardan mucho en responder y sin mucha ayuda.
El Wifi es muy malo, imposible conectarse con una notebook, y nos móviles se desconectan constantemente. No es para nada de alta velocidad como promocionan. Esta locación se encuentra al lado de un puesto de comida árabe, lo que genera que siempre haya gente en la puerta de entrada, evitando que uno pueda pasar cómodamente. La limpieza de la habitación es solo los lunes, hasta ese día no hay ninguna manera de limpiar por uno mismo. Hay dos juegos de toallas y uno de sábanas.