Reservé una habitación para 3. La tercera cama no estaba hecha así que pedí un juego de sábanas para hacerla yo misma, y una toalla que faltaba. Nos trajeron sólo una sábana. Pedí que por favor me proporcionaran también la sábana bajera, la funda de cojín y una toalla. Tuve que bajar dos veces a recepción para conseguirlo. Con el cansancio de conducir 9 horas y llegando al hotel a las 10 de la noche, me pareció una tarea agotadora.
Solicité poder dejar el coche en el parking. Me dijeron "sí, claro, tenemos un parking subterráneo". En ningún momento me comentaron nada del precio. En la reserva decía "parking disponible" pero no se mencionaba si había que pagarlo aparte. No es caro, pero me hubiera gustado disponer de la información. Entramos a las 10 de la noche y salimos a las 7 de la mañana y el parking costó 9€ y pico (lo dejo aquí como información).
En la habitación contígua estaban fumando yerba y llegaba el olor. No es que fuera molesto, pero deja en evidencia la poca intimidad de las habitaciones, pues también llegaba el ruido de los vecinos así como del uso de la ducha, cisterna de wc, puertas abriendo y cerrando, maletas por el pasillo... La habitación no parecía limpia, las paredes se ven viejas y está todo en general poco mantenido. No pedimos desayuno y no sé si había, pues en recepción sólo se veían máquinas de vending. Prefiero pagar un poco más por un servicio mejor.