6/10
Es una pena que un buen hotel con una buena calidad-precio cuente con un servicio tan pésimo de recepción. Ninguno de los recepcionistas hablaba castellano y, además, eran bastante antipáticos. Por el contrario, varios trabajadores del restaurante hablaban castellano y eran muy agradables. Resulta desconcertante que el personal de restauración esté más preparado que el de recepción.
RAFAEL
Viaje de 3 noches en familia