Cuando llegamos al hotel el recepcionista no encontraba nuestra reserva. Mi hija iba durmiendo y no fue capaz de darnos la posibilidad de entrar en la habitación, incluso después de que viera en una web del operador de viajes que efectivamente la reserva estaba efectuada correctamente. No tenían la cuna preparada, claro. Y cuando la trajeron no tenían la almohada adecuada. El desayuno está muy bien. La habitación muy limpia y una cama extremadamente cómoda. Tienen a disposición de los clientes un garaje subterráneo por ocho euros el día. en general, volveríamos a repetir la experiencia pero si no amente nos encontrásemos un personal extremadamente maleducado y desagradable, nunca más volvería al hotel.