Hotel-----------, mi esposo y yo coincidimos en que fue una experiencia extraordinaria, nos sentimos como huéspedes, no como clientes! Iniciando porque entras a la recepción y la música clásica envuelve el ambiente de época del espacio. Primero, el lugar es un edificio antiguo restaurado y adaptado para un hotel, algunos espacios son originales del S. XIV (como el comedor y un baño), la decoración del hotel mantiene un ambiente antiguo, sin embargo la habitación que teníamos era una combinación delicada entre antiguo y moderno. La habitación muy acogedora, amplia, limpia, con cafetera y frigobar, el baño remodelado y moderno, colchón terapéutico, muy cómodo. Segundo, el desayuno, muy completo (huevos, jugos, té ó café, frutos frescos y secos, pan, yogurt, embutidos, pan dulce… todo delicioso y servido delicadamente, el espacio es hermoso. Tercero, el dueño del hotel es una caja de sorpresas, además de un recepcionista muy detallado para todas sus indicaciones y que te ofrece una opción de recorrido rápido por los puntos escenciales de la ciudad (te entrega un mapa con dicho recorrido), es periodista retirado, escritor, músico y mesero de lujo!. Las breves conversaciones (de política, personales y hasta con consejos de vida) con el dueño fueron muy constructivas, interesantes y hasta nos deleitó con un mini concierto de piano, nos sentimos como si fuéramos sus amigos de años!. Definitivamente, si tuviera la posibilidad de volver a Brujas, sin duda volvería a hospedarme aquí.