Hotel con pinta clásica en una de las zonas más céntricas de Bergen. La ubicación es inmejorable, a una distancia caminable del puerto, el mercado de pescado, restaurantes, etc. Habitación muy cómoda (estándares noruegos) y quizá lo único mejorable era el diseño de la ducha.
Desayuno buffet bueno/decente aunque no espectacular.