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El hotel tiene unas habitaciones muy bonitas, amplias, con camas cómodas y unas vistas preciosas, tanto al río como a la montaña. Además dispone de restaurante, muy buena la comida. Nos ayudaron para realizar varias excursiones por la zona, incluso informándonos antes de llegar. También nos facilitaron el alquiler de bicicletas. Buen detalle el de dejar botellas de agua y té cada día. También te cambian todos los días las toallas. Además está al lado de la zona principal para poder pasear bien sea de día o de noche cuando también hay mucho ambiente.
Quiteria
Viaje de 2 noches