Qué puedo decir.
El "Rincón de Monfragüe" nos hizo sentir como en casa desde que entramos hasta que nos despedimos dos días después. O mejor que en casa.
Todo, absolutamente cada detalle, está controlado con lupa para que la experiencia del huésped sea perfecta. Las habitaciones están impecables: sábanas suaves y finas, armarios amplios, baño impoluto con artículos de baño de primera categoría de una conocida marca local... Cuenta incluso con una mininevera con una amplia variedad de refrigerio "de emergencia" (agua, refrescos, snacks...) y productos gourmet de los alrededores (paté ibérico, queso de cabra...).
En cuanto a las instalaciones comunes del hotel/casa rural, siempre tienes la posibilidad de salir a tomar algo al patio, de leer tranquilamente en el césped o incluso de preparar una barbacoa. Alucinante.
Destacamos el maravilloso desayuno tipo buffet que organizan los dueños con todo el cariño del mundo. El abanico de posibilidades es increíble, desde un desayuno "ibérico" con jamón del bueno, tomate recién cortado por ellos y AOVE, hasta dulces de la región, bizcochos caseros, crêpes y unas (al menos coincidió los días que pasamos a desayunar) empanadillas de hojaldre y fruta espectaculares. Además tienen en cuenta intolerancias, y cuentan con opciones más "healthy", por decirlo así (guacamole y hummus caseros, fruta natural, zumos, panes integral y de centeno, entre otros).
(Y la sorpresa de bienvenida, un lujo 😄)