Es un hotel hermoso, con una belleza inigualable donde cada mueble tiene historia, pocos en México como el, he de volver pronto porque quede encantada. El servicio de cads uno de los que lo atienden es inmejorable, el Sr Jorge, el joven Maximiliano, la chica de recepción no recuerdo su nombre, el Sr del piano que toca en el desayuno es muy lindo además de que toca bellísimo, el desayuno muy rico....lo super recomiendo