Excelente ubicación. Conozco Ámsterdam de pe a pa y está ha sido una de las mejores ubicaciones que he conseguido. De la estación central solo cruzas la calle y en el corazón del barrio rojo por lo que fácilmente puedes ir a pie al centro, al museo de Ana Frank, al Museumplein, etc. El hotel es muy sencillo pero cómodo. Para mi, lo que destaca más es la ubicación y el desayuno incluido (porque la comida es carísima en Amsterdam).
Lo único que no me gustó fue que la puerta de la ducha no sellaba por completo y se regaba toda el agua en el baño lo cual es un peligro para los huéspedes que se pueden resbalar. Otra cosa fue que te piden la llave cada vez que sales del hotel y tienes que pasar por ella a la recepción al llegar. Nunca había visto esto antes y aunque me generó desconfianza, no tuve opción.