Nos encantó la ubicación, muy natural en medio del monte misionero, la atención del personal es excelente, muy amables y siempre sonrientes, la comida que ofrecen es muy abundante y deliciosa. El entorno es hermoso y con río a metros, con una zona con dec para el descanso mirando al río. Es casi todo ideal, salvo que la ruta de acceso de noche es oscura, con muchas curvas y el camino de acceso de 2 km de noche no se ve nada y si llovió mucho se complica un poco al ser de tierra.