Lamentablemente fue una mala experiencia ya que hay un segundo edificio con cuartos pero hay que atravesar unas vías de tren viejas. El primer gran problema es que si llegas en shuttle o en uber, pues te toca caminar y no es muy accesible.
En nuestro caso particular, solicitamos un cuarto para personas con discapacidad. Nos mandaron al edificio de atrás, el desayuno se sirve en el edificio principal y eso complica mucho la movilidad. Aseguraron tener regadera y nos dieron cuarto con tina, lo cual también hizo la experiencia bastante complicada y además de todo, las llaves para entrar al edificio secundario no servían correctamente. Hubo que ir a recepción en el primer edificio más de 4 veces, y había que rodear el edificio para poder acceder, y todo esto con maletas y una persona con movilidad reducida. En general, la atención fue mala y hubo comentarios de propios trabajadores que las puertas de acceso fallaban mucho. Entiendo que ha crecido el lugar y expandieron con otro propiedad, pero entonces habrá que mejorar la atención a clientes.