El hotel está bien, y la ubicación es absolutamente excelente; pero la verdad es que no me ha parecido en general un hotel de 4* superior.
Estuve en el año 2011 en este mismo hotel y quedé fascinada con él y lo recomendé a todos mis cercanos que visitaban Verona; actualmente, con las condiciones de ahora, no lo haría.
La habitación que nos tocó muy pequeña, y el baño tenía unos olores horribles de las tuberías.
El personal del hotel correcto, pero tampoco muy simpáticos, la verdad. El desayuno muy bien.
Además, han reacondicionado unas “salas comunes” que son preciosas y muy cómodas para estar ahí.
Pero, por ejemplo, el room service muy pobre (además te hacían pagar un suplemento por subírtelo a la habitación), y en el propio hotel solo podías comer un par de cosas congeladas (que ellos se limitaban a calentarte en el microondas -tal y como me explicó el chico que me atendió-).
En definitiva, un muy buen hotel pero, desde mi punto de vista, no con la puntilla de “superior”.