10/10
Una estancia muy relajante después de una semana en la Selva Lacandona. Fuimos muy bien acogidos por Adriana que nos hizo un muy abundante y rico desayuno. Nos recomendó un muy buen restaurante italiano para cenar a escasos metros.
Los cuartos están muy limpios y amplios al igual que el baño. Está muy agradable la terraza de cada cuarto para sentarse a contemplar el campo, y lo mejor de todo fue la interacción con los saraguatos bebés que se dedica a rescatar Adriana.
Fue cerrar un gran viaje con broche de oro
Guillermina
Viaje de 1 noche en familia