A diferencia de otros hoteles este cuenta con un lobby muy hermoso, con una chimenea de doble altura y unos ventanales que te hacen apreciar el exterior y no querer dejar el hotel, te brindan chocolate caliente y galletas (deliciosas) se asemeja a un hotel tipo cabaña.
Sus camas y almohadas son muy cómodas. La habitación que nos asignaron creo que era de las más pequeñas con 2 camas queen pero estaba cómoda con vista a la calle y no hubo inconveniente con ruidos externos, podíamos apreciar el movimiento de la ciudad y sus calles nevadas, hermosas. El personal es muy amable.
El desayuno muy completo en la barra caliente huevos, jamón ahumado, bisquets, gravy también tenían yogurt, cereales, pan, crema de maní, Philadelphia, waffles, jugos, muffins todo muy rico, es a un lugar donde sí volvería a hospedarme. Solo hubiera deseado que la hr del desayuno se extendiera un poco más.