El Hotel Alexandra está sumamente bien ubicado, cerca de los museos más importantes, los jardines del Tívoli, la parte vieja de la ciudad y la estación del tren. Hay un sin fin de cafés y restaurantes a su alrededor. Todo el personal es sumamente amable y dispuesto a ayudar en lo que sea. Las habitaciones son amplias, muy limpias y cómodas; la decoración está muy a la vanguardia y quizás se podría definir como minimalista. No hay un closet con cajones; solamente una sección para colgar la ropa. Pero hay un escritorio, silla, sillón y cafetera. El personal tiene una disposición increíble para que la estancia sea agradable. No dudo en recomendar este hotel.