El hotel tiene una ubicación excelente frente al aeropuerto. La habitación era amplia y muy agradable. Sobre las almohadas habían dejado unas bolsitas de gominolas y en la mesilla una botella de agua con gas de regalo. La habitación era muy silenciosa y no se oía ningún ruido exterior. En la televisión no funcionaban los canales españoles que aparecían en la guía del hotel. El colchón y la almohada los encontré duros para mí. En el baño había dispensadores de jabón y de gel. El restaurante Blixx está en la octava planta y tiene unas vistas estupendas a las pistas del aeropuerta. En el buffet de desayuno había todo tipo de panes, varios quesos, embutido, tortitas, salchichas, tortilla, albóndigas, arenque, salmón, cinco tipos de cereales, zumos, fruta, verduras y yogures. A la mesa trajeron café y un smoothy. El check-in y el check-out apenas me llevaron un par de minutos. El personal siempre muy correcto.