El hotel está muy bien. Se ve nuevo, las habitaciones amplias y muy acogedoras. La cama es muy cómoda. El desayuno buffet es excelente. El hotel está situado en las afueras de Oslo, pero está bien para visitar Oslo porque se puede dejar el coche en el hotel y coger el bus, que para en la misma puerta y que va hasta el mismo centro. Eso es mucho mejor que llevar el coche, ya que la circulación en el centro está restringida. Además, gracias a estar en las afueras, el precio es comedido para lo que es Noruega y la relación calidad precio es magnífica. Eso sí, para dejar el coche en el hotel, no olvidéis pedir en recepción un papelito para ponerlo en el parabrisas, porque una de las zonas es de parking regulado y ponen multas. Con el papelito no hay problema.
La Dirección del hotel es muy competente.
Aconsejo el hotel totalmente. Repetiría estancia allí si tuviera que volver.