El Hotel está muy bien situado a unos 5 minutos a pie del Hyde Park. El hotel se encuentra en plena reforma, cuando nosotros llegamos la habitación llevaba pocos días pintada, todavía se notaba un tenue olor a pintura. La habitación también estaba recién amueblada, pero todavía le faltaba acabar la reforma, las puertas eran antiguas, pero en general la habitación era acogedora y agradable.
El servicio no era muy amable, no te saludaban al entrar ni al salir, aunque si tenías algún problema te lo solucionaban rápidamente, en mi caso la habitación no tenía secador de pelo, pedimos uno en recepción y a la mañana siguiente me subieron uno a la habitación. La limpieza era correcta, cada día cambiaban las toallas y limpiaban la habitación aunque un día volvimos antes de lo previsto y encontremos a la chica de la limpieza pintándose en nuestra habitación en vez de limpiando.
Lo peor de todo fueron las reformas, cada día cuando volvíamos a la habitación habían arreglado alguna parte (un día pusieron los zócalos, otro nos pusieron una rejilla en el radiador…), aunque eso fue lo de menos, durante los días de nuestra estancia arreglaban las habitaciones de nuestra planta, lo que conllevaba escuchar ruidos y que el pasillo estuviera lleno de colchones, camas, maderas etc. Los cuales tenías que esquivar.
En general es un hotel práctico y para aquellas personas que quieran disfrutar de Londres sin gastar mucho dinero y las cuales no esperan tener muchos lujos.