Hotel situado al lado del Parlamento. Aunque la calle tiene bastante tráfico entre semana y no tiene ningún interés, el hotel queda cerca del centro, en donde están los restaurantes y tiendas, a 15-20 min andando. La habitaciónn es grande, las camas cómodas. Baño sin bidé. El trato del personla de recepción, en general muy bueno, atentos a hacerte la estancia lo más agradable posible. Incluso algunos de ellos hablan español. En inglés sin problemas. Desayuno tipo buffet, correcto, hasta las 10:00.
ATENCION: no hay que coger nunca taxis que no tengan las tarifas grabadas en el lateral. A la ida desde el aeropuerot cogimos un taxi azul, que no llevaba taxímetro, y nos cobró hasta el hotel desde el aeropuerto 180 lei (45 euros). A la vuelta cogimos un taxi amarillo y nos costó 45 lei (12 euros aprox.).
Taxi amarillo: SI
Taxi azul: NO