El hotel está reciclado con habitaciones cómodas y muy bien atendido por los recepcionistas, quienes son muy amables y saben aconsejar sobre lo que se les consulte.
No tiene estacionamiento, como casi ninguno en Positano, y nos cobraron 18 euros por día por dejar el coche en un estacionamiento al aire libre, más caro de lo que me costó el alquiler diario del coche.
Tiene un buen desayuno y muy bien arreglado el lugar para el mismo. Aunque es una pena que se utilice solo para desayunar, ya que sería un lindo bar para aprovechar, sobre todo en días lluviosos.
El wifi parece el guiño de un auto: ahora enciende, ahora no, pero me parece que todo el servicio por la zona es más o menos igual.
Una cosa que nos llamó la atención es lo pequeña de la ducha, parece la de los camarotes internos de los cruceros, una persona muy grande de tamaño no sé cómo haría para girar allí.
Concluyendo con el comentario les diría que volvería a alojarme allí porque lo positivo supera ampliamente lo negativo