Lo más para destacar es el desayuno, un lugar cómodo y con buena variedad y calidad. La habitacion enorme pero nada de nada ni cuadros ni algo de gracia, como triste. Pedí habitacion con vista y tenía vista a contrafrente, pero estaban tan sucios los vidrios que no se veía para afuera!. Lo demás si se estaba bien limpio. Faltó la amabilidad de dejarnos entrar antes del check in, la habitación estaba lista cuando llegamos al mediodía, luego de un agotador vuelo. Nos ofrecieron ingresar, pero abonando una diferencia. Claro que no tenían ninguna obligación, pero en todos los hoteles tiene en cuenta ese detalle. Nos cambiamos para ir a trabajar en el baño del Lobby. Luego el último día volvimos de trabajar ANTES de la hora del check out y nuestra llave ya no funcionaba. El wi fi anda muy bien.