El hotel Hilton Múnich City es uno de esos hoteles a los que uno quiere volver siempre. Por muchas razones: está conectado con el S-Bahn (tren de cercanías) del aeropuerto a través de la Línea 8 y en menos de 40 minutos y por 13 euros. Es un caso de esos que parece medio insólito: del aeropuerto de Múnich se llega al hotel bajándose en la estación Rosenheimer Platz y esta estación tiene comunicación directa con el hotel. Es decir: es un hotel con línea del tren, o con "tren propio" por llamarlo así.
Otra gran ventaja del hotel es su cercanía con el corazón central de Múnich: Marienplatz. Se puede llegar a pie en un recorrido muy bonito de unos 15 minutos. O se puede llegar en tres minutos con la misma Línea 8 del S-Bahn hasta la dicha Marienplataz. Quiere decir: debajo del hotel, en la estación Rosenheimer Platz, pasan muchas líneas del S-Bahn y del U-Bahn (metro) que llevan hasta la estación Marienplatz que dista del hotel a solo una estación entre ambas: Isartor.
El hotel es muy bonito, es muy nuevo, es muy elegante. Cada una de sus áreas está absolutamente bien cuidada: las zonas comunes, el lobby, el restaurante MONA, el bar JULIET ROSE, los ascensores y las habitaciones. Estas últimas tienen una lencería estupenda, unos cortinales absolutamente apropiados, unas camas maravillosas y unos baños limpios y fantásticos.
En la recepción o front desk me atendió al ingreso (check in) la señorita Meloni: una italiana con un español muy comprensible y de una simpatía sinigual.